Sodoma y Gomorra a la catalana

26 febrero 2007

En la frontera de la Junquera, entre España y Francia, se arremolinan tres mil camiones todos los viernes, imposibilitados de pasar la frontera, dado que el Gobierno galo tiene prohibido el paso de transporte pesado durante el fin de semana por sus carreteras. Al calor de esa aglomeración de camioneros se ha generado un mercado del sexo, con cientos de prostitutas que suben a la cabina de los vehículos a prestar sus servicios. Además, florecen en la zona los clubes de alterne adonde los camioneros -y también los franceses que, hasta desde Lyon, viajan a España- acuden y permiten hacer caja a los chulos de las meretrices, casi todas búlgaras y rumanas. Mientras tanto, la poliédrica vida permite que los más pueblerinos y tradicionales acudan a misa todos los sábados y domingos a pocos kilómetros del trabajo de las heteras. Es tal el escándalo y la indignación de feligreses que su párroco no ha tardado en calificar la situación: «Esto es Sodoma y Gomorra». Amén.

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