Cascos a los leones

20 enero 2011

A Cascos no lo echó Rajoy a los leones en su momento y luego tuvo que ningunearle, por lo que Cascos terminó yéndose del partido. Ahora Cascos va por la vida jugando a casi nacionalista para medir sus propias fuerzas, y saber así a quién puede echar un pulso, para ganarlo, claro. Y quiere pasarse al PP por el foro (Foro Asturiano) de los sus incondicionales asturianos. Se siente Asturias y se cree Pelayo, pero para enfrentarse a Rajoy hace falta más que retranca y tranca. “Gallegos y asturianos…”

Pues, hablando de nacionalistas, el tetra-party nacionalista del Estado español es el que ha ¿obligado? a Zapatero a cometer la ridiculez de tener que usar los pinganillos en el Senado. Hoy, el resto del mundo verá a nuestros senadores como un grupo de necesitados trabajando en el negocio de líneas eróticas; o de telefonistas en una de esas salas doc center, contratadas por las empresas a miles de quilómetros de ellas, con los que no hay quién se entienda y que sólo sirven para distanciar a la empresa de los clientes con el fin de que no le llegue sus reclamaciones. Pero en este negocio la empresa es España y los clientes todos los españoles que dependemos de estos guripas, que sólo están para llenarse la andorga, amparándose, no ya en la letra pequeña, en cuatro falsedades y otras tantas chulerías.

Pues ahí tenemos a ese insaculado protagonista y a todos los extras que conforman esta película, que nos cuesta 12.000 € por sesión, disimulando salvar a España sin entenderse entre ellos. Eso, visto desde el punto de vista de un españolito que conoce –porque se lo arrojan a viva voz entre ellos a la cara- la situación del país por las pertinaces crisis (porque aquí hay más crisis que la económica), es para echarse a temblar. Y no digo nada si veo el escenario los días en que a ese guateque de tribunos no asiste ni la mitad, o que sólo está el parlante de la tribuna. Pensará uno si no tendrían que mandar al ejército, como con los controladores, para hacer funcionar ese negocio. Claro que el ejército ya entró ahí y no fue una solución.

Veo las noticias de la tele y me entero de que en FITUR concurren 166 países. Y observo, en el reportaje que dan, como la gente pulula por los stand sin pinganillo ni cascos ni traductor acompañante, y me pregunto: ¿no habría que hacer algo útil y montar FITUR en el Senado?

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