El día después: España Mundial

12 julio 2010

«Diálogos con su chispita»

Por Gascón Bolín

Hoy Venan no se baja de la escalera. Dice que quiere ver a la gente desde arriba, desde el podio, porque es el honor que pertenece a quiénes hemos ganado el Mundial. Y ahí está, dale que te pego raspando hasta con las uñas la escocia del techo (que la va a dejar más grabada que el Pórtico de la Gloria) para intentar quitarle las cagadas de mosca que deben llevar ahí desde el Mesozoico -día más, día menos- y cantando “Hemos ganao, hemos ganao, el equipo colorao”.

Así que, entre el gaudeamus de ayer y de hoy y que a las cuatro de la madrugada todavía le oía a Venan probar su capacidad torácica con la vuvuzela, estoy hecho unos zorros.

Añadiendo, además, que, como está haciendo un calor de bigote y hay que dormir con las ventanas abiertas por si quiere entrar algo de aire, se podía disfrutar del estruendo ocasionado por todos los claxon de los coches que pasaban; más los gritos de quienes en ellos iban; más los petardos. En fin, una gozada.

Reconozco que ayer, gracias a la euforia, se me fue un poco la mano al pronosticar que España ganaría por 2 a 1 -ya me le dijo mi chica-, pero eran las ganas que tenía de que así fuera. Mas da igual, ha sido por 1 a 0 que nos hace lo mismo de Mundiales.

¡Y lo que sufrimos! Venancia, mi chica, no hacia mas que dar vueltas por detrás del sillón donde estaba yo sentado, diciendo que no quería mirar la tele, pero sin querer perder ripio de lo que allí estaba pasando. Y creo que debió cumplir con ambos deseos, pues hoy he visto unas pocas figuritas de porcelana muertas por el suelo con la misma certeza de que ayer me baquetearon en la cabeza con un plumero. Pero todo sea por España.

Ahora, lo que le tiene realmente arrebatado el sentido a mi chica, es el beso que le endilgó Casillas a su novia periodista, en contestación a una pregunta de la entrevista que le hacía en ese momento. —¡Ooooh! ¡Qué bonito! Este Casillas es el hombre más encantador del Mundo mundial. —Eso ya te lo dije yo. Casillas es el que ha conseguido el Mundial para España parando todo lo que le venía. —Pues ese amor creo que no lo va a parar. Y me alegro, para que se fastidien todos esos plumillas plumíferos emplumados que han estado chismorreando de ellos, a falta de vida propia. —Amén, le contesté yo.

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